miércoles, 12 de noviembre de 2014

El Gimnasio y otras andanzas

     Por aclamación popular, es decir, de una amable lectora de este humilde Blog, que lo ha pedido, voy hacer un corto pero intenso recorrido por el mundo del Gimnasio en particular y del deporte apropiado para Una de 50, en general.

     Lo primero a destacar es que todos los médicos del panorama sanitario español y mundial se han propuesto que andemos, pero no para ir de compras, que siempre te lo recriminan, sino para que nos recorramos diariamente, esos caminos y circuitos creados por los Ayuntamientos, no sabemos si por nuestro bien o para nuestro destino final porque: ¿cuántos caerán por esos caminos después de un gran esfuerzo andarín? No quiero ni pensarlo porque verlo, casi lo veo en mucho rostro congestionado y a punto del desmayo que me cruzo alguna vez y es que llevábamos mucho tiempo sin mover, ni la tibia, ni el peroné y ahora nos toca mover el tacón de la zapatilla de deporte, nos guste o no porque desde el ginecólogo al traumatólogo, del cardiologo al  endocrino....todos tienen la misma consigna: que hagamos deporte y cuando ponemos cara de sorpresa, de estar preguntándonos pero ¿qué deporte voy hacer a estas alturas que lo que más he hecho ha sido jugar al Balón Tiro cuando tenías diez años?.... nos indican amablemente que con caminar es suficiente. Y ahí estamos, da igual que tengamos colesterol, varices, osteoporosis, juanetes o depresión, todos a caminar. 

     Y yo, camino, entre otras cosas porque sé. Desde muy pequeña. Y no es ninguna broma. Hago lo que sé, sin temor a risas, vergüenzas, comparaciones y muchas otras cosas más que me pueden ocurrir.

     Aún recuerdo entre palpitaciones y sofocos cómo fue aquel aciago día que acudí a mi primera clase de aeróbic en el Gym supermolón de mi barrio. Yo siempre he sido muy de aventuras y de lanzarme y no me quería quedar simplemente como tantas y tantos, paseo arriba y abajo por el Circuito del Colesterol. Yo tenía que introducirme en el mundo sano y atlético, por la puerta grande.
       Y lo hice. Vaya si lo hice
       Entré a la clase con un poco de reparo pero segura de mi misma. Me coloqué en la primera fila, quién ha dicho miedo, pensé, a la vez que miraba el espejo enorme que tenía frente a mí, dónde se podía ver a más de una decena de chicas con sus cuerpos de treinta y pocos y de muchos tiempos deportivos, con mallas y mini shorts multicolores perfectamente conjuntadas y una señora vestida de futbolista. O de ciclista. O mitad ciclista, mitad futbolista
     Era yo.
     Para mi iniciación en el mundo del ejercicio, escogí una camiseta de uno de mis hijos y un culote de otro. Ya me compararía algo cuando viera qué necesitaba. Fue lo mejor que hice. Hubiera sido un gasto más, unido a los seis meses que ya había abonado previamente a  ese maldito Gym de Friends. Ése mismo. Ése, en el que lo peor no fue la indumentaria, lo peor fue que mientras todas iban a la derecha, yo me desplazaba a la izquierda. Mientras subían un brazo yo lo tenía en la cintura, mientras ellas se agachaban, yo de pie derecho y sobretodo, mientras todas sonreían y tarareaban las canciones,  la señora del espejo tenía cara de susto. No volví.

     Ahora me dedico además de andar, al acuarunning, que es lo mismo pero por el agua y que para los chistosos que me preguntan soy una fuente inagotable de chascarrillos.. que si corro por encima de las aguas o por debajo,  que por dónde me llega el agua y lo peor los que te miran con cara de "eso no se puede hacer y menos tú". Pues lo hago y con otras muchas. Y podemos hacerlo pero un poquito de empatía si pediría a los gimnasios, monitores y entrenadores. Ni somos atletas, ni tenemos veinte años, pero tampoco estamos en la decrepitud mas absoluta. Hay algunos que te tratan como si se nos fuera a romper una cadera en el calentamiento y otros que pretenden que haga una voltereta lateral cuando no la hice ni con doce.

       De todas formas, ¡¡Qué difícil es escoger el deporte adecuado para Una o Uno de 50¡¡ Sí, ellos también, que yo sé de alguno que también pagó un año de Gimnasio y se encontró el primer día sin poder hacer 300 flexiones al ritmo que marcaba el entrenador de 25 años y enfrente de otros tantos con camisetas pegadas al cuerpo en plan Geyperman, mientras que el primerizo iba con su chandal de 1982 del Mundial de España, una reliquia, un orgullo pero él tampoco volvió.

     Por esto y por mucho más y sin ningún motivo, ni razón aparente, como un Forrest Gump cualquiera, me pongo la ropa que me apetece, me coloco mis auriculares para oir el mundo que yo prefiero y me voy a caminar. 
       Porque yo también lo valgo

2 comentarios:

  1. Genial. Cómo me identifico en mis comienzos deportivos de mi actual categoría senior. Muy buena la descripción. Yo también tengo una indumentaria "inclasificable", ideal para el deporte casi clandestino. Esto último por si te cruzas con alguien que te conoce. Sigue así......lo digo por el blog....y a lo mejor por eso de andar sobre las aguas.

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    1. Somos más las de la "indumentaria inclasificable" y encantadas...
      Continuaré dentro de las aguas. Gracias

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