martes, 12 de abril de 2011

No quiero ser y no quiero estar

Tengo 50 años y lo único que quiero es morirme, desaparecer. Ni es broma y desde luego no es una frase hecha, es la verdad y lo que siento ahora.
Ya me enamoré, ya he tenido hijos, ya he trabajado, ya he vivido lo mejor de mi vida. Ahora, mis hijos son mayores, soy una desempleada de larga duración y me siento vieja, aislada, sin futuro.
Hace años, pensaba que había triunfado porque meencontraba inmersa, en lo que yo creía era una vida perfecta, supongo que lo era, ya no sé. Enton ces yo me sentía fuerte creyendo que por delante de mí, se me ofrecían todas las posibilidades del mundo y que podría vencer cualquier obstáculo que se me pusiera por delante y no fue así, no sé cómo, perdí el trabajo y con él mi autoestima, perdí mi juventud y con ella, mi seguridad. Perdí el amor y con él mi cuerpo.
Los que me rodeaban se fueron marchando sin hacer ruido. Y ahora ya no tengo ni ganas de levantarme de la cama, sólo lo hago por seguir disimulando, para que los poquitos que aún se acuerdan que existo, crean que continuo siendo la mujer fuerte y triunfadora que fuí, la mujer imprescindible de la que ahora todo el mundo se olvidó.
Lo mejor sería morirme, que quedara en el recuerdo aquella que creen que soy, la mujer que se perdió en el tiempo. Ella si me gustaba y les encantaba a todos los demás. Sería hasta bello, desaparecer, quedarme en la mente de los que alguna vez me amaron como esa fotografía de juventud que conservamos en el salón de casa, para recordarnos día a día, segundo a segundo que fuimos esa cara que sonríe desde el marco de plata y desde ahí poder verlos a ellos, sin notar su cara de desconsuelo cada vez que me encuentran con el camisón puesto a cualquier hora.Sin ver como cuchichean sobre mi apariencia, mis frustraciones y mis miserias actuales, sin oir lo de la depresión, la menopausia y no sé cuántas cosas más. Sin ver nada, sin sentir nada.
Morirme y ya está. Sin más. Morirme

8 comentarios:

  1. en estos dias... eso les pasa a muchas y no tiene q ver con la edad precisamente

    ResponderEliminar
  2. Esto no pasaría si nos enseñaran a aceptar el paso del tiempo, si aprendiéramos a no conectar nuestra felicidad con aspiraciones que pueden desmoronarse (alcanzar el éxito permanente, tener una pareja, hijos, ser guapa, simpática, disfrutar de una gran vida social...). Llega un momento de tu vida en el que te planteas qué has hecho, hacia dónde vas, ha merecido la pena...la sensación de fracaso se cierne entonces como un oscuro abismo en el que es muy fácil caer. Y compararse con otros envenena y ahonda la depresión.

    "No quiero ser, no quiero estar" me ha entristecido. Cada vez más personas pasan por ese trance y en ese estado es difícil ver la luz al final del tunel. Para superarlo hay que abrazar la vida y todo lo que tiene para ofrecernos que es mucho si sabemos mirar, sentir, buscar. El secreto (harto difícil) es aprender a valorarse por encima de las miradas y las opiniones de los otros, buscar siempre una motivación, algo que te ilusione, disfrutar, centrarse en lo positivo. Ser consciente de que hay vida y alma y corazón y sonrisas a pesar de las arrugas.

    ResponderEliminar
  3. Conozco algunos casos de mujeres que en esta época de la vida, por la menopausia o por lo que sea, lo pasan fatal, se hunden en una depresión y eso es terrible. ¿qué tiene que pasar por la mente de alguien para querer morirse? tiene que ser horrible, espero que no me toque, aunqu eesta sociedad hace que cada vez haya más

    ResponderEliminar
  4. La muerte no puede formar parte de nuestra vida por culpa del desempleo, de un desamor o de la edad. Como tampoco la cirujia, vestir como nuestras hijas o salir de "botellón" puede ser el motivo de nuestra alegría. Cumplir años y saber que te queda muchas cosas por hacer, ver a nuestros hijos buscar su futuro en el cual hemos contribuido, asumir la arruga que descubriste ayer por la noche que, posiblemente, fue de tanto reirte, saber que tus ojeras puede ser que sean de tanto llorar; todo ello forma parte de la vida de cada una de nosotras y hay que comprender que,a pesar de todo, tenemos una suerte inmensa de estar aquí. No escupamos al cielo, por favor. Soy Una de cincuenta y algo...

    ResponderEliminar