martes, 12 de junio de 2012

La primera vez

     Ha llegado a la cita media hora antes. Se sienta al final de la cafetería para poder ver a los que entran. Quiere verlo llegar y como la busca entre tanta gente. También se ha instalado en el último rincón porque si se arrepiente en el último instante, se podrá marchar antes de que la localice. Como en las películas, piensa, igualito que en las películas, y sonríe sintiéndose por primera vez protagonista de una historia.
     Nunca tuvo pareja, algún novio de dos días y una aventura de una noche con el portero de su urbanización. Siempre pensó que aquel hombretón tan amable, estuvo con ella porque no tenía otra cosa que hacer y la vio tan perdida en esa vida aburrida que llevaba, que pensaría, un achuchón y se va tan contenta. Y la verdad es que se fue tan feliz porque no esperaba nada de él, ni le interesaba. Aunque le fastidió como la miraba después, como casi todo el mundo de su alrededor, queriendo agradar porque piensan que es una pobrecilla. Remueve el café con rabia, todos igual, no quiere que sientan pena por ella, a santo de qué. Como su cuñada que se cree que es tonta, que ella se da cuenta, perfectamente, de las sonrisitas cuando le pregunta si no tiene novio o si sigue enamorada de aquel actor. Luego se pone muy amable, claro, por la cuenta que le tiene, como se despreocupa de los suegros, como está la tía Pilar para cuidarlos. Y a los sobrinos igual, noche de fiesta, noche con la tita Pilar y ella encantada con hacer de niñera y su cuñada, también.
     Está conforme viviendo aún con sus padres. No los va a dejar solos aunque a veces se le hace cuesta arriba que quieran tratarla como cuando era una niña. Y están muy mayores, bueno ella también está muy mayor, se dice para sus adentros, aunque últimamente ha adelgazado. Desde lo de internet.
     Nunca le gustó demasiado lo de conectarse, pero se fue picando, se fue picando y llegó a los chats. Le daba un poco de miedo porque había oído que pasan muchas cosas raras pero su sobrina la convenció. Si se entera su madre, arma la de San Quintín.
     Al principio no quería contestar a los mensajes, luego le pareció divertido y después se hizo una experta en el coqueteo en la red. Hacía lo que todos, se construía una existencia que le gustaba y si podía, mentía. Decía que tenía 30, que era delgada y ejecutiva. Decir que era menopáusica y auxiliar de enfermería a media jornada, no le parecía atractivo. El sí le pareció atractivo desde el primer momento. Al principio dudó de lo que contaba pero cuando hablaron por teléfono y le mando fotos, vio que era como a ella le gustaba. Y allí estaba, esperando.
     Su primera cita y con un miedo que la tenía paralizada y más cuando le vio acercarse, sonriente. Estaba tan en sus cosas que no le había visto entrar. Era un poco más mayor de lo que le había dicho, bueno, igual que ella, y estaba mas gordito que en las fotos. De todas formas lo de internet, funciona, pensó, y no le voy a contar a nadie que lo he conocido así. La gente diría que viene por algún interés maligno pero a ella qué le van a quitar, quién va hacerle daño. Los hombres no son tan malos como dice su madre que le pone el cuerpo a una, revuelto, sin ganas de nada.
     Ya está enfrente de su mesa. No está nada mal. No es Richard Gere pero le da un aire, por las canas.
     Le gusta esa sensación de película. Por internet, sí, pero de película. Su primera vez.



2 comentarios:

  1. pobre¡¡¡¡ algunas tienen una vida, tan pobre...qué suerte tengo¡¡¡

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  2. QUE NATURALIDAD PARA CONTAR LAS COSAS!!!. BRAVO. OTRA SIRENA,

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