domingo, 17 de junio de 2012

Y nos tocó a nosotros

     Hay que tener mala suerte. Cada día repitiendo en todos los telediarios que vamos a estar trabajando hasta que se tenga un porrón de años y a mi marido lo tienen que jubilar con cincuenta y seis, sí, con cincuenta y seis, antes que a nadie. La empresa siempre fue muy potente y arreglaron lo de las bajas antes de este lio de la crisis pero yo me pregunto ¿me tenía que haber tocado a mí? ¿nos tenía que haber tocado anosotros? 
     Lo de la alegría del jubilado sería para mi padre que estaba hartito de trabajar y para mi madre que le hacía la compra y se iban de viaje y esas cosas. Es alegría, también  para mis vecinos que les ha pasado lo que a nosotros pero que están todo el rato de pingo, pero ¿para mí? Un suplicio, eso es lo qué es y punto.
     Yo nunca he trabajado fuera de casa pero tenía mucho que hacer, con los niños, con tanto preparar, con tanto lavar y ahora sigo igual y nunca me importó y yo estaba feliz pero con él sin trabajar, esto es un martirio. Cuando no está dando vueltas por la casa siguiéndome a todas partes que me pone de los nervios, está viendo la televisión o se queda dormido a cualquier hora y lo del ordenador me lleva los demonios: toda la santa noche que está dándole a la tecla y la mirada fija en la pantalla, como si le fuera la vida en ello. Como no duerme por la noche pues al día siguiente hasta las santísimas y vuelta a empezar. ¿Salir? Ni mentarlo, que dice que tiene principio de depresión. Como si la depresión estuviera avisando que voy que voy. Pero no hace nada por remediarlo  y repite todo el rato lo de qué pena lo de sentirse mayor y que ya no sirve para nada y que se le hacen los días eternos y no sé cuantas pamplinas más que a mí, me va a volver loca.
     Nunca fuimos de salir mucho porque dinero no había pero es que él tampoco era la alegría de la huerta, eh, era trabajador, me trataba bien y la cosa no iba mal del todo pero ahora yo no sé si voy aguantar. Ni yo, ni él porque se le ha puesto un carácter de no soportarlo y al final tengo que saltar.
     Tampoco es necesario como mis vecinos que dicen que están ahora mejor que cuando se casaron. Eso tampoco me lo creo yo. Como tampoco me creo, que con ir a pintar, hacer excursiones y a bailar tangos como hacen ellos, estén viviendo una segunda luna de miel. Que no me lo creo que él también es joven para estar jubilado y ella es como yo que tiene los cincuenta recien cumplidos y que no pueden estar tan felices por estar como siameses.
     Y digo yo, el mundo ha estado siempre muy mal organizado, sí, y muy mal repartido pero si ahora no hay trabajo y los que lo tengan van a estar hasta los ochenta en el tajo porque no hay dinero para pensiones, me quieren decir ¿por qué jubilaron a mi marido antes de tiempo? ¿por qué nos hicieron esta faena?  A nosotros y a todo el mundo empresarial. Y el Estado no debe estar muy contento porque nos va a pagar la pensión treinta años.
     ¡Pues si que saben ustedes de economía y de matrimonios¡

    


5 comentarios:

  1. pues mal de muchas, consuelo de tontas. la que no esta en esa situacion, no se imagina lo mal que se pasa. solo os digo, que hay que empezar a educarlos otra vez. besos toni.soy la que ha bailado hoy contigo.

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  2. Pues no tenemos edad para jubilarnos, pues está el país para tonterias

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  3. Y ME TIENE QUE TOCAR A MÍ, TAMBIÉN PERO ¿CUANTO JUBILADOS CON MENOS DE 60 HAY?

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  4. Muy bueno Toni... Este me ha encantado.
    Pero como siempre hemos visto: "Dios le da pan a quien no tiene dientes!
    Si yo pudiera jubilarme con 56, te aseguro que no iba a quedarme inmóvil a teclear en el ordenador.
    Anda que no hay cosas en este mundo para disfrutar!
    Besos y sigue así.

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