jueves, 17 de mayo de 2012

La Graduación de mi niña

     Allí están las dos, sentadas, expectantes y sin querer parecerlo, emocionadas. Son amigas desde hace muchísimos años, han vivido cosas juntas y separadas, se ven muy poco pero saben la una de la otra, todo lo que hay que conocer de alguien a quien quieres. Cuando se reúnen aunque haya pasado tiempo, como en esta ocasión, retoman la conversación como si el último café lo hubieran compartido esa misma mañana. Hoy se han vuelto a ver porque la niña ya tiene 18 años y es el día de su graduación.
     Las dos mujeres miran una y otra vez a que aparezca la mas rubia, la mas guapa, la mas buena, la que llegó porque su madre se empeñó, porque quería tenerla, porque necesitaba parirla y le daba igual lo que los demás pensaran. Nunca estaría sola, siempre tendría alguien a quién amar.  
     Un día de Navidad llegó la niña. Y ella fue feliz. Cuando su amiga entró en la habitación del hospital, contempló una mujer plena con su sueño entre los brazos y en ese mismo instante aunque siempre la había querido, la empezó a mirar con ojos de admiración. Ella había tenido un sueño, lo había luchado y allí estaba el bebé. Las dos sabían que el camino que comenzaba, iba a ser difícil. Y lo fue. Y lo es.
     Desde aquel momento mágico, cada una siguió con su vida, una con su niña soñada, la otra con su familia feliz, las dos con el trabajo y las dos con el vínculo creado aquella mañana fría de diciembre. Unidas y separadas a la vez, por una vida cargada de hipotecas, problemas o desvaríos.
     La madre y la madrina ven como recorre el pasillo, como sube a por su diploma, como se vuelve tímida y les sonríe y ellas la miran, se miran a su vez, no pueden hablar, aplauden y lloran en silencio, pensando que ella es feliz y que ellas también y que en ese salón de actos habrá muchas historias, algunas maravillosas, otras no tanto  y que cada padre pensará miles de cosas en ese momento, pero las dos mujeres saben que pocos de los que allí están, han sido tan deseados como la niña buena, la niña guapa y que para que la mas anhelada reciba la orla, su madre ha tenido que dejar muchas cosas por el camino, sin importarle, sin mirar atrás, jamás, por eso su amiga está a su lado. Muchas, piensa, no hubieran sido capaces, ella misma, seguro que no.
     Los jóvenes siguen recogiendo sus diplomas con caras felices y las dos mujeres continúan cada una en su pensamiento, recorriendo la vida de la niña y deseando que todo lo mejor, suceda. Saben que aunque madre e hija, son tan valientes que teniéndose la una a la otra, son capaces de torear al mundo, la amiga las acompañará, como ahora, en que ya no pueden más y cuando la niña, la mujer, llega hasta ellas, se abrazan las tres y sienten que cada una a su manera, han cumplido su sueño, han conseguido una amiga, una hija, mucho amor y miles de cosas que no caben en una graduación.



6 comentarios:

  1. Que emocionante,casi lloro cuando lo he leido,que grande es tener una hija,pero grande también es tener una amiga así.

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  2. Una de cincuenta, me vales, me vales mucho

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    1. Gracias, gracias...me gustaria saber los nombres, el anonimato es tan....anónimo

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  3. Hija que llanto, por todos los dioses. Gracias por querernos tanto

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