domingo, 13 de mayo de 2012

Neptuno sonrió

     Raquel estaba feliz. Miraba con ojos de niña aquella plaza llena de magia, luces, canciones y sus banderas rojiblancas. No podía dejar de sonreír. Su equipo era campeón y ella, una campeona. Instintivamente cogió la mano de su novio, era su chico y estaba allí, a su lado. Feliz y real. Compartía y vivía aquel momento, intensamente, aunque intuía que les quedaba un largo camino por recorrer.
      Nunca pensó que a estas alturas de la vida le podría pasar, pero sucedió. Su primer matrimonio terminó sin saber cuándo, ni donde ni porqué, como la canción, pero terminó. Se agotó. Ella había sido moderadamente feliz, durante 20 años y suponía que su ex, también. Él, seguía triste y lo peor de todo, solo. Ella no quería que sufriera pero lo que se termina por agotamiento, no hay quien lo rehaga y había deseado que encontrara otra pareja para que olvidara el aniversario de una boda que ya únicamente existía en un álbum y para sentirse tranquila, sin remordimientos. Ellos no habían tenido hijos y la separación fue mas fácil, al menos para ella. Y es que había otro amor que la estaba esperando y que le devolvió las ganas de reír, de salir, de arreglarse, de parecer mas guapa aunque su novio le repetía constantemente lo maravillosa que era, pero Raquel sabía que no era Sharon Stone y que tenía diez años más que él. Otra sorpresa en su camino, enamorarse de alguien mucho mas joven. Le parecía imposible. Cuando veía a parejas con una gran diferencia de edad, dudaba de que fueran reales, que fueran verdad. Pensaba maliciosamente en que habría algo oculto que necesitaba el mas joven. Podía ser seguridad, admiración, situación económica o vaya usted a saber qué, pero algo que no era precisamente amor. Así pensaba ella antes. Ahora no. Raquel no podía ofrecerle mejor situación económica porque su nuevo novio tenía un buen negocio y una gran casa. ¿Seguridad?, eso sí, porque seguramente, en ese momento nadie le podía querer como ella lo hacía y si alguien sentía admiración, era ella, a ese chico que llegó a su vida para hipnotizarla, para hacerla sentir de nuevo y para amarla.
      Volvió a mirar la fuente, magnífica, mas bonita que nunca y hasta vió como Neptuno sonreía en una noche calurosa, con un cielo cuajado de estrellas, con gente vestida de rojo y blanco, con caras sonrientes que parecían darle la enhorabuena por el triunfo del equipo y por aquel pedazo de señor que tenía al lado y que la quería y que cantaba, el campeones oe oe, mirándola, como si no hubiera otra en la plaza. Y gritó que estaba feliz y que sí, que era posible, que podía suceder, que eran campeones.
Los dos.  


8 comentarios:

  1. la historia es muy bonita, como si fuera un cuento pero no es verdad o por lo menos no es nada normal. De nosotras nnadie se enamora con 10 o doce años menos. ojalá¡¡¡

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  2. Es bonita sí,pero a mí me ha dado pena del marido,ella ha dado el paso porque ya tenía una mano donde agarrarse,si no hubíera sido así ¿se hubíera separado?...

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  3. con el marido se supone que ya estaba mal, pero lo dificil es la diferencia de edad, una de cincuenta con uno de 4o, no sé yo, no lo veo fácil . y normal que ella esté contenta, por el Atleti y por el novio joven, ¡cómo para no estarlo¡ menuda campeona y otras sin nadie y del Barcelona

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    1. Los del Barcelona, ya van bien y lo del novio, todo puede ser....hay que buscarlo, también

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  4. A mi no me extraña nada. Tenga Vd en cuenta que el novio es de los buenos: del Atleti.
    Besos

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